17 jun 2014

LAS TRES DEVOCIONES BLANCAS

Un blanco que deslumbra sin cegar
Se dice que son el santo y seña del buen católico. Cuentan que  este DNI infalsificable de catolicidad es ocurrencia de san Juan Bosco. Estas tres devociones son en orden histórico:








La Blanca Inmaculada
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        Por Ella entró Dios en la Historia. No ha de extrañar que el Rosario sea  el mejor atajo para los humanos retornar al Padre, siendo ella uno de los nuestros.
La Blanca Hostia.
       Por ella Jesús se queda con nosotros. Se muele en harina para ser el pan de vida, no de la mundana. Qué raro que no le visitemos más!
La Blanca sotana del Papa.
       Por la Iglesia que acoge la levadura del Espíritu Santo como esposa virgen. Sin Iglesia  -que es como decir sin familia o sin La Trinidad- hay la nada. Los que están fuera no son un nadie, son  la búsqueda de aquel  Ite, Missa est con que se nos invitaba a no quedarnos en nuestra paz,  es decir a un caminar misionero. La sotana  del Papa encabeza el martirio blanco, el que no es de sangre, sino el que todos los católicos somos llamados a ofrecer.
  
Más que santo y seña para reconocerse, agruparse o refugiarse en una fortaleza, son armas con que combatir el mundo y vencer nuestra fragilidad. Lo ha dicho el Papa Francisco: no se queden en la defensa, salgan  al ataque. Porque estamos en una sola batalla, aunque ante dos frentes: el el mundo  y  nuestro yo. Ambos están sometidos a un principado enemigo que requiere algunos  fueros para resistirlo. Y tenemos tres banderas para la victoria: la Madre de Dios, el Hijo de Dios, la Esposa de Cristo.