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Lourdes y Mallorca pirenaicas: vamos a contar cuevas béticas .
Apúntense.
Recupere cada cual su recuerdo mariano infantil. La
Señora de Lourdes se esconde en la rocosa geografía de las haciendas
mallorquinas, que han perdido el oriente de la belleza mariana-mediterraea.
Los foráneos descubran el prepírineo bético
insular de María.
El hecho es que en Mallorca hay muchas
representaciones del milagro de la aparición a Bernadette: en cuadro o retablo,
pero sobre todo en exteriores, a una escala que se quiso que pareciera natural.
Tan natural en los jardines de la
segunda mitad del s. XIX que aprovecharon las piedras aristadas del sotobosque
mallorquín, sin utilidad arquitectónica. Hablamos de esas piedras miliformamente
horadadas, descartadas hasta para muros de piedra seca y
al mismo tiempo veneradas, en espera de entender el servicio que podían dar. A
finales del siglo XIX, a estas piedras, de pronto, se les encontró ubicación jardinera y devota, cuando la naturaleza y la arcadia agrícola, frente al hormigón urbano, se las comenzó a
reivindicar. La rocaille mallorquina una
vez más reivindicaba las raíces de sus matas lentiscas en aquellos huecos paleólogos
Debemos suponer
que estas cuevas de Lourdes son
efecto de las primeras peregrinaciones mallorquinas, el souvenir entero transportado. Mas también que la epifanía de Lourdes los mallorquines
la sintieron como efecto propio del fervor a la Inmaculada, a la Pureza de
María.
Todas las cuevas de Lourdes mallorquinas siguen el
mismo canon: apropiarse de la aparición, pues no intentan reproducir
exactamente la gruta de Lourdes, sino darle versión local. Unas manan agua,
otras son secas, unas muy floridas
¿Los
jardines crean la cueva o Lourdes crea
los jardines? Había en Mallorca un poco de tradición grutesca settecentesca ilustrada. Más
el vero platonismo mallorquín natural,
cavernícola se entiende sólo con María .
Muchas
han sido eliminadas en la creencia mundana de que eran obra de moda de
mal gusto, y la muchas que han sobrevivido ha sido más bien por indolencia. Conocemos pocas que hayan mantenido el decoro o la devoción. Pues
tal ha sido nuestra ruina espiritual.
No
es un tema de patrimonio artístico, o de historia del arte por ahora. Lo será cuando ya no les quede devoción. Entonces se
protegerán. A los Hospitalarios nos mueve proteger ya su legado espiritual.