10 jul 2013

LA MUJER EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN (I)


La Mujer en la Historia de la Salvación y de la Salus Populi



























Las mujeres en el Evangelio tienen el protagonismo semiescondido de ser las adelantadas, las atrevidas, las avisadas,  las que callando no fallan. Los hombres aparecen torpes, lentos y cobardes, pese a que quieren ser los primeros. Ellos -los discípulos- son los más despistados, especulando sobre a quién  le corresponde el primado. Incluso después de Pentecostés los celos son masculinos. No se ve en el Evangelio a ninguna mujer  soberbia, celosa o encarada a Jesús. Incluso la esposa de Pilatos intermedia por la causa a un Hombre que intuye injusta ante su marido timorato.

¿Por qué, por quién fue liberada la mujer? Acaso al  principio y parcialmente por el derecho romano republicano, y desde luego que no por el imperial posterior que la dejó a expensas del capricho y de ludibrio. En parte por el resto de virtudes republicanas intuitivas que rescató el Cristianismo , pero sin duda por Cristo mismo que en su humanidad se siente obrado solo de mujer.


Dice el papa Francisco que no hay que clericalizar a la mujer. Está diciendo que el varón es el clericalizado. El problema es entonces el varón: el que escapa del esponsal compromiso, de la paternidad inhibiéndose, de la filiación renegando. Se aísla en un sacerdocio entendido como servicio y por tanto a tiempo parcial. El sacerdocio es una realidad ontológica, y como tal sin tregua, como la de un padre de familia, con la diferencia de encarnar una paternidad espiritual. Esto también lo dijo el papa Francisco hablando ante una representación de monjas de diversas órdenes y congregaciones: Son , ejerce ua maternidad universal.madres